viernes, 5 de julio de 2013

¿Es necesaria la protección ocular contra la exposición radiológica en Urología?

La aparición de cataratas es la secuela más frecuente por sobreexposición del ojo a las radiaciones ionizantes. Las directrices de la IRCP (Comisión Internacional de Protección Radiológica) recomiendan una dosis máxima anual de 150 mSv sobre los ojos.

En un reciente artículo procedente de la Universidad del Sur de Illinois, Taylor y cols. estudian el grado de exposición radiológica ocular de las principales técnicas intervencionistas en Urología para determinar si es o no necesaria la utilización de gafas de protección. Para ello colocan un dosímetro termoluminiscente en la vecindad del ojo derecho, no protegido, del cirujano y evalúan la dosis recibida durante la colocación de catéteres doble J, la ureteroscopia y la nefrolitotomía percutánea.

La exposición media para colocación de doble J y ureteroscopia fue de 0.208 mSv y para nefrolitotomía percutánea de 0.125 mSv. Estas cifras indican que serían necesarios, respectivamente, alrededor de 700 y 1200 procedimientos anuales para llegar a la dosis límite de 150 mSv.

Por tanto sin renunciar, obviamente, a las lógicas medidas de seguridad y a uso de equipos modernos dotados de sistemas de colimación, resulta improbable que la radiación dispersa que llega al ojo produzca cataratas en el urólogo que trabaja con estas técnicas por lo cual la utilización de gafas plomadas durante estos procedimientos sería innecesaria.

Taylor ER y cols. Ocular radiation exposure in modern urological practice. J Urol 2013, 190:139-143.  http://bit.ly/17QEKA5

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